Los cambios de última hora corren el riesgo de destruir miles de etiquetas
El Reglamento exige el etiquetado obligatorio de la lista de ingredientes y las declaraciones nutricionales de los vinos y productos vitivinícolas aromatizados a partir del 8 de diciembre de 2023. Sin embargo, la legislación brinda a los productores la opción de publicar electrónicamente la declaración nutricional completa y la lista de ingredientes (etiqueta electrónica).
Las empresas han acogido con satisfacción este nuevo reglamento como una forma adecuada de informar a los consumidores y se han comprometido firmemente a su rápida implementación. Teniendo en cuenta el considerable tiempo necesario para preparar la información, modificar los diseños de las etiquetas e imprimirlas, las empresas vinícolas de la UE comenzaron a prepararse hace muchos meses para cumplir con el plazo. Se estima que ya se han impreso varios cientos de millones de etiquetas, muchas de las cuales ya están en las estanterías.
Sin embargo, solo dos semanas antes del inicio de estas obligaciones, que entrarán en vigor el 8 de diciembre de 2023, se produjo un avance significativo. La Comisión Europea publicó directrices en el Diario Oficial de la UE (serie C del 24 de noviembre de 2023) sobre la aplicación de las disposiciones de etiquetado del vino descritas en el Reglamento de 2017 (comunicación núm. C/2023/1190). En particular, el punto 38 de estas directrices hace hincapié en que la «información alimentaria obligatoria» debe colocarse de forma visible en un lugar destacado, de forma que sea fácilmente visible, claramente legible y, si procede, indeleble.
Las directrices establecen además que si no hay una referencia explícita a la información proporcionada electrónicamente en la etiqueta, podría considerarse información obligatoria oculta, haciendo hincapié en que el código QR debe identificarse en la etiqueta con el término «ingredientes» y que los términos o símbolos genéricos, como la información «i», son insuficientes para cumplir con estas obligaciones. Introduce también incertidumbre con respecto al régimen lingüístico que se aplicará. Aunque parece que esta palabra puede escribirse en cualquier lengua de la UE, tiene que estar de acuerdo con la lengua principal elegida para la contraetiqueta, y las autoridades finlandesas han confirmado que la redacción sobre el contenido de alérgenos y energía también debe estar en finés y sueco.
En esencia, el código QR por sí solo ya no es suficiente. En el nuevo sistema de etiquetado del vino, debe incluirse la palabra «ingredientes» para garantizar que los consumidores entiendan qué información es accesible a través del código QR que contiene la declaración nutricional completa y la lista de ingredientes.
Esta nueva interpretación socava drásticamente el principio de seguridad jurídica y las expectativas legítimas de los operadores económicos, haciendo caso omiso de la voluntad política expresada por los legisladores al adoptar el Reglamento (UE) 2021/2117. La publicación de las directrices apenas dos semanas antes de su entrada en vigor imposibilita la adaptación de los operadores económicos y, además, ignora el principio de proporcionalidad entre la libre circulación de mercancías, la competitividad y la información al consumidor.
Hay una movilización que insta a la Comisión a modificar urgentemente las directrices, ya que es inaceptable que se publique una nueva interpretación 14 días antes de la fecha de solicitud. Esta interpretación llevaría a la destrucción de millones de etiquetas ya impresas y a nuestra incapacidad de imprimir nuevas etiquetas a tiempo para cumplir con el nuevo plazo reglamentario.
Más allá del momento poco realista para publicar una interpretación que afecte a las prácticas de etiquetado, la comunidad vinícola está totalmente en desacuerdo con la propia interpretación de la Comisión. En este sentido, la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo y varios estados miembros (incluidos España, Italia, Francia y Portugal) han comunicado oficialmente sus preocupaciones a la Comisión Europea. La interpretación se considera pura burocracia, ya que va en contra del espíritu del reglamento, pone en peligro el mercado único de vinos e interpreta de manera desproporcionada las regulaciones sobre la Organización Común de Mercados y la información alimentaria al consumidor. Anula la principal ventaja del sistema de etiquetado electrónico.
Para más información, hemos hablado con la abogada Floriana Risuglia, vicepresidenta UGIVI, Delegata ONAV ROMA, AIDV -IWLA, Docente ONAV, Vice delegata Donne del Vino Lazio, Membro Commissione Diritto Vitivinicolo ed Agroalimentare COA ROMA. La grabación está disponible en italiano en el siguiente enlace: https://vimeo.com/891881501.